¿Podemos crear nuestra propia realidad?
Una reflexión sobre el duelo, la alquimia interior y el poder de soñar despiertos.
Alquimia del dolor, ilusiones conscientes y la Era de Acuario
El 22 de marzo de este año, mi vida cambió por completo. Mi esposo y yo tuvimos un accidente trágico. Él no sobrevivió.
Yo sí.
Durante los días que siguieron, mi cuerpo herido —una fractura severa en una vértebra— fue la prueba física de un alma también rota. Pero entre el temblor del duelo y el silencio de lo irreparable, algo empezó a suceder. El dolor se convirtió en un maestro sagrado.
Aprendí que la vida, tal como la conocíamos, puede desaparecer en un instante. Y sin embargo, también descubrí algo más profundo: cuando te sabes vivo después de la muerte, cuando caminas con el alma abierta a lo que duele pero también a lo que permanece… el miedo se disuelve.
Y con su partida, queda algo brillante, inesperado: la alegría como elección.
Ser feliz después de una pérdida tan grande es un regalo que me doy sin culpa.
Honro su vida, pero también la mía.
Y esa forma de vivir —consciente, presente, amorosa— es una alquimia interna que transforma lo trágico en sagrado.
La ilusión como acto creativo
Muchas veces me he preguntado si de verdad podemos crear nuestra propia realidad.
Hoy ya no tengo dudas.
No porque lo haya leído en un libro espiritual o porque quiera consolarme con frases bonitas.
Lo sé porque lo viví: en medio del abismo, mi mente eligió construir un puente.
Lo que habitamos como “real” no es un hecho absoluto, sino una proyección que responde a nuestras creencias, emociones y vibraciones. Todo comienza adentro.
Todo.
Y eso lo cambia todo.
¿Y si la vida es un sueño compartido?
Despertar no significa evadir la realidad, sino reconocer que es una obra en proceso, escrita desde la conciencia. Lo que vemos no es el mundo “tal cual es”, sino el reflejo de lo que estamos listos para ver.
Por eso el dolor no tiene que ser una cárcel. Puede ser un portal.
Cuando entendemos que la materia responde a la energía que emitimos, que el tiempo se estira o contrae según nuestro estado interno, y que la mente no es un enemigo sino un instrumento de creación, algo en nosotros se activa: recordamos que somos magos, que somos brujas, que somos alquimistas de lo invisible.
La Era de Acuario: el llamado a los nuevos creadores
Vivimos un cambio de era. Acuario no es solo un signo del zodiaco, es un símbolo de esta transición colectiva hacia la conciencia, la conexión y la libertad.
En este nuevo tiempo, ya no es suficiente repetir lo que nos dijeron.
Acuario nos invita a sentir por dentro lo que queremos ver por fuera.
Por eso esta era es fértil para los nuevos magos y brujas —seres que no se definen por su imagen, sino por su vibración.
Son los que curan con su arte.
Los que transforman su dolor en poesía.
Los que activan realidades con la palabra, el símbolo o el silencio.
Los que se atreven a vivir con intención, aunque el mundo insista en anestesiar la consciencia.
Crear es recordar quién eres
Hoy escribo estas palabras desde un lugar que no conocía antes: el umbral entre la muerte y la vida, entre lo real y lo posible.
Y desde ahí, quiero recordarte algo que quizás tú también sabes en el fondo de tu alma:
La realidad no es una prisión, es un lienzo.
Y tú estás aquí para pintarlo con tus colores.
No estás sola.
No estás roto.
No estás perdido.
Estás recordando.
Y eso —eso es magia.